El Festival de las Ánimas de la Diputación de Soria guarda ocho distintas costumbres etnográficas, algunas de reciente recuperación, dedicadas a la muerte y a la Noche de Difuntos. Desde los Cánticos a las Ánimas de Tajueco, el Samhain de Numancia, el Rompe, Rompe de las Cadenas y la visita a los cementerios de las tres culturas (judía, cristiana y musulmana) de Ágreda, la Noche de las Ánimas y la teatralización de la leyenda becqueriana de El Monte de las Ánimas de Soria capital y que también se representará en el pueblo de Muriel Viejo, el paso del fuego de Cuevas de Soria y el plenilunio celta de Castilfrío son algunas de las actividades que presenta la provincia de Soria para esta semana de muertos vivientes y para la festividad de Todos los Santos. Ocho tradiciones desconocidas y que nos harán vivir de forma distinta estos días de muertos y difuntos en familia.
El Rompe, Rompe de las cadenas en Ágreda
Es la última tradición de muertos y difuntos recuperada en Soria. Ágreda es conocida como la villa de las tres culturas, pues cuenta con barrios cristiano, árabe y judería y, en tiempos del Medievo, se construyeron tres cementerios distintos. Desde el año pasado se han recuperado los usos y ritos que cada una de estas civilizaciones tenía sobre la muerte para descubrirlas y rememorarlas en la noche del 31 de octubre.
Una comitiva formada por ocho ánimas recorre los tres cementerios y representa en cada uno de sus lugares las leyendas y curiosidades de sus muertos. Primero en la Iglesia de Nuestra Señora de la Peña se inicia el Rompe, Rompe de las cadenas, costumbre perdida hace más de un siglo y rescatada el año pasado. Esta tradición consiste en un diálogo entre el alma de un difunto (representado por un ataúd) y un hijo o familiar que contesta a los cánticos de muerte. La comitiva recorre después el cementerio musulmán donde se interpreta la muerte en el Islam y el papel de la Inquisición y las hogueras del Santo Oficio en el Medievo. Para terminar en el cementerio judío donde se interpreta El Judío Errante, la leyenda hebrea del alma condenada a errar por el mundo y el tiempo por no haber ofrecido ayuda a Jesucristo de camino al calvario.
La noche de los muertos de Ágreda se termina en La Cueva del Moro, a pocos metros de Ágreda, donde, sólo con las luces de las velas y las linternas que portan los vecinos, se lee la leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer que lleva el nombre de La Cueva de la Mora. Una leyenda medieval recuperada y escrita en tierras navarras de Fitero por el escritor romántico pero que recuerda mucho a este lugar, ya que Gustavo Adolfo Bécquer vivió en estas tierras pues su mujer era de un del pueblo cercano a Ágreda llamado Noviercas. Y es justo en esta población donde sigue en pie la casa donde vivió el matrimonio y un Museo donde recorrer, gracias a vestidos, muebles y otros objetos del siglo XIX, la vida y obra del escritor romántico. El Museo está abierto los sábados y domingos y festivos de 10 a 14h. y de 16 a 19h.
El Samhain de Numancia y el paso del fuego de Cuevas de Soria
El mismo 31 de octubre, noche de los muertos, se celebran dos actividades completamente distintas. Por un lado, en los restos de la heroica cuidad celtíbera de Numancia, situada en Garray, se celebra el Samhain. Esta es una festividad de origen celtíbero que se desarrollaba en toda Europa. Un rito pagano que se representaba a principios de noviembre en memoria de los difuntos y antepasados y que servía para festejar el fin de las cosechas y la llegada de los fríos y del invierno. Soria recuerda esta tradición tan ancestral en la ciudad celtíbera por antonomasia, Numancia -que este año celebra el 2.150 aniversario de su caída a manos del Imperio Romano-, y a la luz de las hogueras y el fuego se plantará una inmensa estela funeraria de piedra (menhir).
Ese mismo día, en Cuevas de Soria puede verse el ancestral paso del fuego. Otro rito pagano que se rescató hace 15 años en este pueblo a pocos kilómetros de la capital. En la oscuridad de la noche, sólo iluminada con teas de fuego y en medio de los farallones del Cañón del Río Izana, un grupo de valientes vecinos pasan la alfombra de ascuas candentes junto a una chocolate caliente para todos los asistentes.
La Noche de las Ánimas
La noche del 1 de noviembre es la verdadera Noche de los Muertos y Soria propone dos impresionantes actividades. Con las primeras luces de la noche, el pequeño pueblo de Tajueco celebra el Canto de las Ánimas. Un ritual centenario donde se pide, según reza uno de los cánticos, “que Dios se lleve a las ánimas benditas y las lleve a descansar”. El pueblo en completo silencio. Un silencio sólo roto por ese tañer de campanas que tocan a muerto. Los vecinos recorren las calles en un desfile muy bien estructurado. Por un lado, los hombres separados entre casados y solteros que son los encargados de entonar las estrofas estremecedoras de tan tétrico cantar de muertos. El desfile va acompañado únicamente con las luces de los candiles y antorchas que portan niños y mujeres.
Y, ya entrada la noche, llega el acto central y broche final de este Festival de las Ánimas de la provincia de Soria. La capital inicia a las 22h. la Noche de las Ánimas y su afamado Pasacalle templario y de muerte. Una tétrica marcha guiada por candiles y antorchas donde inmensos esqueletos, estandartes medievales, títeres gigantes, monjes templarios y otros espectros de la noche se encaminan hasta el río Duero y a los pies del auténtico Monte de las Ánimas. Música en directo y pirotecnia acompañarán este tétrico pasacalle que recreará el ambiente lúgubre, frío y misterioso típico de esta Noche de Difuntos. Toda la ciudad acompaña por el casco antiguo de la ciudad a esta marcha de fantasmas. Allí, a los pies de tan legendario monte, se recrea la insigne leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer que lleva su nombre, que está considerada como uno de los cuentos de terror más bellos de la literatura española. Todos los años es un actor de doblaje quien pone voz a esta lectura.
El 2 de noviembre (recordemos que el 1 de noviembre es el día de todos los Santos y el 2 el de todos los difuntos) San Leonardo de Yagüe celebra sus Hogueras de las Ánimas. Las lomas y cerros que rodean al pueblo son el escenario donde se encienden estas hogueras en memoria de los muertos. Con las ascuas que dejan estas lumbres se meten en unos botes atados a unas cuerdas y mientras se mueven a gran velocidad en círculo se cantan distintas letanías y versos en recuerdo de los muertos.
Los actos del Festival de las Ánimas se cierran el 4 de noviembre cuando en el castro celta de Castilfrío se lleva a cabo el Plenilunio Celtíbero. La noche de luna llena de otoño, un lugar tan emblemático como un castro militar construido por los antiguos pelendones celtas es el escenario perfecto para hacer un llamamiento al gran dios celta Lug con la única luz de la luna llena y las antorchas y el fuego.
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