El escritor muniqués, no esperaba vender tantos libros, ni que se tradujese a tantos idiomas, con el castellano ya son 24 las lenguas a las que ha sido traducido su libro. “Yo no creía que el libro fuese a ser un éxito ya que es un libro muy personal y, comercialmente, este tipo de historias no suelen funcionar”, opina Benedict Wells al comienzo de la entrevista que mantuvimos en la cafetería de un hotel madrileño. “Escribí el libro para mí mismo sin pensar en el éxito, pensé que en el siguiente libro ya lo tendría”, reconoce.

“El fin de la soledad” es el libro que más le ha costado escribir. “Me llevó siete años escribir la novela”, reconoce. En ella, cuenta la vida de tres hermanos en un internado donde fueron a parar tras la muerte en accidente de coche de sus padres. “Yo también me críe en un internado público en el que estuve trece años pero, en mi caso, fue por la enfermedad de uno de mis padres y porque el otro no tenía dinero para mi manutención, no tuvo otra opción que internarme”, cuenta el escritor alemán mezclando el inglés con el castellano, ya que estuvo viviendo unos años en Barcelona, donde aún conserva un apartamento.

El libro no es, ni mucho menos, autobiográfico pero sí contiene muchas experiencias personales. “Con ese sentimiento escribí la historia”, apunta decidido y añade “comencé a escribirlo con 24 años, al comienzo el tono del libro era diferente hasta que encontré la voz que funcionaba. Empecé a escribir el libro en tercera persona pero no fue hasta que llevaba cuatro años de escritura cuando encontré la voz del pequeño de los tres hermanos para que contase la historia. Luego, durante el proceso de escritura fueron apareciendo muchas nuevas situaciones”, describe Benedict Wells.

“En un principio tenía la emoción pero me di cuenta que escribiéndole en tercera persona, Jules –el menor de los hermanos- no tenía la suficiente fuerza para soportar el peso de la cámara. Por eso, le hice que fuese él el que llevase la cámara al hombro –la primera persona”, explica en un tono distendido y cercano este joven escritor que con tan sólo 33 años ya ha conquistado el alma de media Europa.

Benedict Well reconoce que tener un personaje como Jules le permite contar la historia de múltiples maneras. “De los tres hermanos él es el que más ha perdido. Se siente atrapado en su personalidad y siente que está llegando a la situación de su padre, cuando perdió su puesto de trabajo. Era muy inseguro. Todas las heridas de su pasado se reabren según va creciendo y alejándose de sus hermanos”, cuenta el autor.

“Creo que siempre hay esperanza en la vida"

En “El fin de la soledad” se habla, precisamente, de cómo se puede superar la soledad. “Creo que siempre hay esperanza. No he querido reflejar una vida negativa. Siempre hay que ver los aspectos positivos de la vida. No habría escrito el libro si no hubiese visto algo positivo”, sentencia Benedict durante la charla.

“La novela es un canto a la resilencia. Cuando alguien se tiene que enfrentar a cosas terribles, no le queda más remedio que cambiar y crecer. Jules tiene que cambiar por sus hijos, es su última oportunidad”, concluye Benedict Wells, un autor que nos ha sorprendido por su forma de narrar, muy actual y, a la vez, muy intimista y sincera.

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