Esta es la historia de una vida apasionante, escrita apresuradamente en su celda por una mujer de veintinueve años que ha sido condenada y sospecha que no tardará en morir: \"Si cuento todo esto con franqueza, es porque espero ser fusilada de todos modos\". La ejecución tuvo lugar en junio de 1931 en el \"campo de destino especial\" de las islas Solovkí, unos meses después de la muerte de su marido, el poeta Aleksandr Yaroslavsky.
De \"una estudiante llena de sueños\", como se define a sí misma Yevguenia Yaroslávskaia-Markón, a ladrona y vagabunda. La dictadura de los bolcheviques la defrauda de manera tal que llega a la conclusión de que el mundo de los bajos fondos forma la única clase verdaderamente revolucionaria. Decide vivir en la calle y convertirse en ladrona, tanto por convicción política como por el gusto por el riesgo que comporta. Lejos de la imagen heroica del \"socialismo en construcción\", nos descubre el Moscú y el Leningrado marginales: niños de la calle, borrachos, prostitutas, vagabundos. Y todo ello con un lenguaje seco, cortante, sin concesiones.
Yevguenia Yaroslávskai-Markón nació en una familia de la burguesía intelectual judía de Moscú en 1902. Curso estudios de Filosofía y ejerció de periodista ocasional. Idealista, apasionada e inquieta, participó activamente en los movimientos políticos y artísticos rusos, en ebullición tras la Revolución de Octubre. Después de una corta vida como rebelde radical, en 1931 fue internada y posteriormente fusilada en las islas Solovki, en el que fue considerado el primer campo de concentración del Archipiélago Gulag soviético, unos meses después de morir allí su marido.
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