Ambas escritoras están de acuerdo de que la novela fantástica no tiene porqué circunscribirse a lectores adolescentes. Si hoy dijésemos que J. R. R. Tolkien y su obra “El señor de los anillos” fuese sólo para el público juvenil nos tacharían de locos. Cuando la literatura fantástica es buena, no debería importar la edad del lector sino el número de lectores y la saga del huraño profesor universitario nacido en Sudáfrica es una de las más leídas y apreciadas del mundo. Esto lo saben bien las dos escritoras con las que hemos tenido oportunidad de charlar sobre literatura. ¡Y no sólo juvenil!
“La literatura ha de ser ante todo sincera”
Ana Alonso es la parte visible del dúo Ana Alonso y Javier Pelegrín. Javier, la cara oculta de la Luna, no suele acudir a ningún encuentro o entrevista y deja en manos de su pareja Ana Alonso todo lo relacionado con la promoción de sus libros, mientras él, se encarga de las labores domésticas y del cuidado de sus hijos mientras piensa guiones para televisión o para las novelas que luego escriben juntos. “La puerta del dragón es una novela de fantasía urbana que convierte a Barcelona en su escenario mágico”, señala Ana Alonso durante la entrevista que mantuvimos.
“Yo soy una escritora compulsiva. Escribir es para mí una necesidad”, confiesa la autora catalana que es la encargada de la escritura final de todos los textos. “Nos repartimos muy bien el trabajo, Javier se encarga de pergeñar el esquema de las novelas y hacer un guión con la ambientación y algunos diálogos. Yo me encargo de escribir la novela y del resultado final pero siempre con una implicación total por parte de los dos. Así conseguimos una visión más compleja y es en la construcción del universo donde más se enriquece la novela”, cuenta Ana Alonso.
Es verdad que la literatura fantástica puede asimilarse como una literatura de evasión. Pero es una evasión para buscar la libertad. Ser libres. “Realmente es un género muy comprometido ya que vemos el mundo desde una perspectiva diferente”, explica durante la conversación y añade “la literatura realista, en estos momentos, es demasiado impostada y la literatura ha de ser ante todo sincera”, puntualiza con seguridad.
Es verdad que existe mucho de prejuicio sobre la literatura fantástica que viene de las “viejas y caducas morales” pero, probablemente sea por la poca formación literaria que tenemos en este país. “Si la literatura no es realista y comprometida se considera un género menor”, apunta. Reconoce que la novela negra le gusta y utiliza elementos de este género para sus novelas.
Su novela se desarrolla en la Barcelona mágica, que no esotérica. Tienen pensado Javier y ella continuar con historias mágicas en alguna ciudad europea como puede ser Roma o Paris y, siempre, cambiando los personajes.
“Los lectores infantiles y adolescentes son los más exigentes que hay”
“Me llamo Zoila” es la novela que acaba de publicar Chiki Fabregat. Chiki es una persona que trabaja rodeada de escritores. Es la encargada de la sección de literatura infantil y juvenil de la Escuela de Escritores. “Los lectores infantiles y adolescentes son los más exigentes que hay. Son críticos feroces”, afirma sin asomo de dudas esta escritora madrileña. Pero si les gusta, son los seguidores más acérrimos. De hecho, la literatura juvenil vende muchísimo en comparación con otros géneros. “Si vendes mucho, si eres un best sellers para muchos lectores es malo y se tiene mala fama”, apunta y agrega “la literatura juvenil no es una literatura B”.
Chiki Fabregat cuando escribe tiene en mente a quien va dirigido lo que escribe. No la gusta que la literatura adulta excluya a los jóvenes, de hecho los jóvenes son los lectores adultos del mañana. “También hay muchos lectores maduros que leen literatura juvenil”, puntualiza. Se ve que los lectores adultos seguimos siendo jóvenes durante toda la vida, ya dijimos hace un tiempo que la lectura ayuda a mantenerse joven.
“Me llamo Zoila es una historia con elfos, no de elfos. Es una historia en que el mestizaje está muy presente ya que en la actualidad está muy asentado en los ambientes juveniles”, explica la autora madrileña. Chiki Fabregat tiene previsto una trilogía con estos elementos de mestizaje procurando eludir los tópicos más manidos. “Ahora, cualquier instituto es la ONU”, señala con una sonrisa de oreja a oreja.
Chiki Fabregat cree que las historias, hoy en día, se cuentas en los periódicos o en los autobuses. “Si buscas magia la puedes encontrar en cualquier sitio”, dice y concluye “no hay una única forma de escribir. No hay una literatura única”. Ella lo sabe muy bien porque por sus clases pasan muchos alumnos aspirantes a escritores. Algo que Chiki Fabregat y Ana Alonso lo han superado hace ya mucho tiempo.
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